lunes, 19 de febrero de 2007

Agricultura y Registros


En general nuestros agricultores son malos "para el lápiz", lo que no quiere decir que no sepan escribir, sino que no les agrada anotar los acontecimientos que ocurren en su explotación agrícola.

En comentarios anteriores hemos señalado que el agricultor es poco lo que puede hacer para influir en el precio de mercado de sus productos y que por lo tanto, si desea aumentar sus utilidades, su mejor opción es bajar los costos de producción.

Para ello, el agricultor debe conocer sus costos de producción, la composición de ellos y la importancia relativa que tienen en sus costos totales.

Y la única forma de tener un adecuado conocimiento de ellos, es "llevar registros productivos".

Dichos registros deben estar de acuerdo a lo que el agricultor necesita o cree necesitar para "manejar" sus costos, lo que significa que llevar una gran cantidad de registros es tan innecesaria como que estos sean escazos. Lo que se requiere es que estos, cualquiera sea su cantidad o número, sirvan al agricultor para tomar decisiones.

En otras palabras, los registros de una explotación agrícola deben ser los necesarios que el agricultor requiere para su información y para decidir que hacer con los diferentes costos que se presentan en el proceso productivo.

Los registros deben contener al menos la siguiente información: 1) Actividades desarrolladas y 2) Valor o monto de la actividad.

Una actividad agrícola o labor agrícola, en general se compone de uno o más de de los siguientes elementos, expresados en las unidades que se indican (1 Jornada = 8 horas):

a) Mano de obra, expresada en Jornada Hombre (J.H.);
b) Uso de tractor, expresada en Jornada Tractor (J.T.);
c) Uso de maquinaria o implementos, expresada en Jornada Implemento (J.I.)
d) Uso de insumos, expresadas en las unidades correspondientes, y
d) Otros.

Así por ejemplo, la actividad o labor de desinfectar una plantación implica el uso de Mano de Obra (J.H.), uso de tractor (J.T.) y uso de Implemento (J.I.). Cada una de ellas tiene un costo individual cuyo conjunto representa el costo total de la actividad.

Su registro permite conocer a cabalidad el uso y el valor de cada una de ellas y determina así tanto su costo total como el costo de cada uno de sus componentes.

El conocimiento de ellos permitirá al agricultor definir si puede disminuir los tiempos o los costos unitarios de cada una de ellas y por lo tanto de la actividad total o, en su defecto, compararla con otra alternativa que tenga para efectuar dicho trabajo. Esto se denomina "tomar decisiones", las que sin contar con los antecedentes señalados no se podría efectuar.

En otro comentario ahondaremos sobre este tema.

Fernando Palma M.
Ingeniero Agrónomo
Economista Agrario

martes, 13 de febrero de 2007

Agricultura y Costos









Como toda actividad económica, el éxito de la producción agrícola depende en forma importante de sus costos de producción.







El negocio agrícola se caracteriza, entre otros aspectos, porque esta frase tan lógica y racional, en muchas oportnidades queda en eso, en una frase.

Y esto es simple de comprobar porque es bajo el número de agricultores que pueden señalar la composición de sus costos de producción y la importancia relativa que tienen en su predio.

¿Cuál es el costo que más repercute en la producción de un rubro? ¿En qué proporción respecto al resto de los costos? ¿Cuál es el costo de cada caja de fruta? ¿Como está conformado el costo de dicha caja? Estas son preguntas que a un agricultor le resultan dificil responder.

El asunto se complica aún más cuando debe diferenciar entre costos totales y variables y cómo estos intervienen en cada rubro productivo.

¿Cómo distribuir los gastos generales? ¿Cual es la incidencia del costo del agua de riego en cada cultivo? ¿Cómo determino el costo de mi actividades en el predio y cómo la asigno a cada rubro?


Puede pensarse que las preguntas anteriores son una exageración o un preciosismo, sin embargo ello no es así.

Si analizamos el funcionamiento de un mercado, como se expuso en un comentario anterior, es posible apreciar que existen muy bajas posibilidades que los productores agrícolas puedan influir en el precio que éste le asigna a sus productos, salvo condiciones excepcionales que en la práctica no son comunes de encontrar.

De manera que si el agricultor quiere aumentar sus utilidades, solo le queda una alternativa, esta es: "disminuir sus costos" y es aquí donde adquiere real importancia conocerlos con cierto grado de detalle.

En otras palabras, para incrementar nuestras utilidades debemos trabajar preferentemente en disminuir nuestros costos y en ello seremos eficientes en la medida que los conozcamos bien en cuanto a sus características, importancia y relación que tienen con las actividades prácticas y productivas que de ellos se derivan, esto es, lo que realmente podemos cambiar es la tecnología y su eficiencia siempre y cuando el beneficio económico que ello nos aporte sea superior al costo de su aplicación.

F. Fernando Palma M.

Ingeniero Agrónomo

Economista Agrario

ffernandopm@gmail.com