lunes, 23 de junio de 2008

EMPRESARIOS DE LA HISTORIA

EL SEÑOR DE LA QUERENCIA (Telenovela de TVN - Junio 2008)

Es cierto que esta exitosa serie de TV es sólo ficción. No creo que haya, para nada, un intento escondido de volver a una supuesta "lucha de clases". Eso es una exageración. También es cierto que hubo buenos y malos patrones, pero, con mucho respeto por las diferentes interpretaciones que aquí se han dado, tengo la impresión de que se ha pretendido "escabullir el bulto". Nadie se ha atrevido a atacar el meollo del asunto. Esto es, reconocer las injusticias que se cometían en esa época con los trabajadores del campo, como lo han hecho, por lo demás, en mayor o menor grado, grandes escritores chilenos, como Manuel Rojas, Guillermo Blanco, Olegario Lazo, Marta Brunet o Baldomero Lillo con los mineros del carbón.

"El señor de la querencia" nos configura un sector de la población en el cual predominan el alcoholismo, las bajas pasiones, la explotación y la subordinación de la mujer a la voluntad del marido o del padre. Es un mundo degradado moral y humanamente. Y si existe un mensaje, la tesis básica del argumento, sería salvar al campesino de su condición social sobre la base de recompensarlo con algún salario y consecuentemente con educación. La serie representa las condiciones en que vivían los campesinos chilenos desde el punto de vista de un individuo con experiencia personal de la situación, y que, con conciencia de las injusticias sociales y humanas, configura un texto de denuncia.

Dentro de la historia de Chile, los sectores campesinos pasaron a tener significación y peso político sólo en los años 60. Fue la Iglesia Católica la primera en establecer una fórmula para una reforma agraria. (Bastante denigrada en algunas de las cartas sobre el tema.) La Democracia Cristiana en 1954 propone tareas y "reformas agrarias" con posibilidades de favorecer a los sectores de trabajadores campesinos. Reforma que mirada en la perspectiva de un cuarto de siglo (esto es, desde su inicio en 1964 hasta el término del régimen militar) tuvo grandes resultados, pero no los que se proponían los que la impulsaron. No entregó la tierra a los campesinos, pero logró sustituir a la vieja oligarquía tradicional agraria, premoderna, por una clase empresarial agrícola mucho más eficiente.

Si la CORA (Corporación de reforma Agraria) no hubiera expropiado, lo hubiese hecho el mercado. Afortunadamente el "patrón de fundo" (de esa época) ya no existe.

ANÍBAL WILSON P.

Nueva Visón Empresarial


SER BUEN EMPRESARIO

¿El buen empresario es el que logra las mayores utilidades al menor costo? ¿Resuelve rápidamente los problemas? ¿Se preocupa de sus trabajadores?

A mi juicio, definir exactamente qué hace a un "buen empresario" es una tarea difícil. Pero tengo claras algunas características básicas, y quien no las posea no podrá ser catalogado con este nombre.

El buen empresario sabe que la empresa es un actor relevante, vehículo de superación de la pobreza y motor de desarrollo de las sociedades y de la persona humana. Así, ve a su empresa como una comunidad de personas, cuyo principio y fin es el desarrollo de cada una de ellas. Por esto, dentro de la organización debe velar por un clima de colaboración y confianza, que se da cuando el trato es percibido como justo por todos los trabajadores.

Un objetivo de los empresarios es ser rentables económicamente, de esta forma la empresa subsiste y puede cumplir su tarea en el desarrollo social.

Pero en las circunstancias actuales el éxito de una empresa no dependerá sólo de su resultado, sino también de la forma en que se consiga.

Las empresas deben ser éticas. Esto implica ser un grupo humano solidario, capaz de reconocerse en valores comunes, en el que se trabaja con menor desperdicio y con mayor eficacia. La ética genera un clima de adhesión, participación y comunicación que implica trabajo productivo y responsable.

En la práctica, la ética se implementa mediante la Responsabilidad Social Empresarial (RSE). El buen empresario sabe que ésta no debe aplicarse sólo como una forma de marketing. Comprende que más que la imagen que pueda mostrar hacia fuera, lo importante es lo que se logra al interior de la empresa.

Una herramienta eficiente es la Responsabilidad Social Empresarial Cristiana, cuyo foco principal es la persona humana. Los empresarios y ejecutivos estamos llamados a ser promotores del desarrollo humano en la empresa y en la sociedad, asumiendo esto como una responsabilidad personal y corporativa

Al final, más allá de la actividad que uno desempeñe, lo importante es que se haga con pasión y convicción, respetando el aporte personal de cada una de las personas con quienes trabajamos día a día.

JORGE MATETIC R.
Presidente de USEC
Premio ICARE 2008
Domingo 22 de Junio de 2008